DE TEATRO VELARDE A MUNICIPAL DE VALPARAISO
10-dic-06: Artículo escrito por Por Piero Castagneto
y publicado en
No sería la primera vez que ocurriera con recintos similares en Valparaíso, que después se han visto precariamente reciclados.
Por ello, la cara positiva oculta tras este trance, es que al menos está claro el valor de lo que el antiguo Teatro Velarde representa para la comunidad: no sólo un espacio para la cultura en una ciudad que se precia (o pretende) tener un status especial en esta área; además, este otrora cine representa toda una tradición de esparcimiento público y de paisaje urbano
Una cosa va ligada con la otra, puesto que no es exagerado afirmar que la inauguración de esta maciza construcción, en 1931, marcó una época e implicó un impulso de cambio en el sector del Almendral donde se edificó, siendo también, hasta hoy, un indudable punto de encuentro.
Se lee en una amplia información publicada en "El Mercurio" del 16 de julio de 1931, día de su inauguración: "La ciudad de Valparaíso puede enorgullecerse de contar con un edificio que ha sido hecho a todo costo, dándole, además, un aspecto de belleza imponente al lugar donde ha sido construido". En aquel entonces se percibía aún mejor que ahora, el progreso urbano que había significado la construcción del Teatro, que realzaba el sector de
Y tal como se destacó en su momento, en aquel entonces el país vivía una grave situación económica, que a la larga culminó, a fines de dicho mes de julio, con la caída del régimen del general Carlos Ibáñez. Estas circunstancias no impidieron al empresario Alfredo Velarde, inmigrante español llegado a Chile a temprana edad junto a su familia, a atreverse con este emprendimiento destinado a perdurar.
Arquitectura para el espectáculo.
La comedia española "Suegra para dos" fue la primera película presentada en su escenario, inmediatamente después de la ceremonia inaugural, a la que acudieron las principales autoridades locales de la época. Su construcción había durado poco más de un año, conforme al diseño del arquitecto Spartaco Strappa, quien es también conocido por construcciones igualmente sólidas en el barrio financiero del centro de Santiago.
No es exagerado decir que hubo un antes y un después de la construcción del Velarde en la historia arquitectónica de Valparaíso. En primer lugar, porque inauguró, anticipó, la nueva forma que tendrían las salas de cine, empezando por su volumen. "La fachada del Velarde es imponente y le da más bien un aspecto de palacio, aunque en ella se advierte un refinamiento arquitectónico especial, cuyas líneas han sido cuidadosamente estudiadas para que no resulten recargadas y monótonas", se leía en la crónica ya mencionada de "El Mercurio". El teatro también era (y es) imponente por sus amplios espacios interiores y por su capacidad para albergar a dos mil espectadores según la siguiente distribución original: 650 butacas en palcos y plateas, 350 sillones altos, 300 en anfiteatros y 800 en galerías.
También llamaba la atención su solidez, pensando sobre todo en los temblores, así como la comodidad de sus butacas tapizadas y sus modernas instalaciones de calefacción, iluminación indirecta, proyección y sonido. "El escenario del teatro es amplio –informaba "
Además, en un sentido más amplio, que va más allá de la arquitectura para espectáculos, el futuro Teatro Municipal fue la primera expresión importante del estilo conocido como art decó en Valparaíso.
Se trataba de una tendencia surgida en Francia a partir de 1925 y con aplicación en varias artes, caracterizada por sus líneas rectas y estilizadas, con formas geométricas que encarnaban ideales de modernidad, aunque también había espacio para motivos decorativos, como las cornisas y la utilización de metales en diversos detalles que se pueden apreciar en el propio Teatro Velarde.
A este ejemplar, caracterizado desde un principio por su sólida mole de color ocre, siguieron otros como
En los años siguientes seguirían al Velarde otros cines, concentrados sobre todo en el sector medio del Almendral, como los Metro, Colón, Valparaíso y Rívoli, espacios para que el público porteño pudiera disfrutar de la época dorada del cine industrial de las décadas intermedias del siglo XX. Los hermanos Velarde siguieron expandiéndose en el rubro, adquiriendo el citado teatro Valparaíso y encargando la construcción de los teatros Colón (1937), Pacífico (1945) y Velarde de Quilpué (1940), otro macizo y sobriamente elegante ejemplo del art decó regional, que hoy yace en un triste estado de abandono que es una clara advertencia para Valparaíso.
El anhelo de un Teatro Municipal.
Es de justicia recordar que el anhelo por contar con un teatro municipal no se limitó a ésta, nuestra época de revalorización patrimonial. En el pasado remoto Valparaíso había contado con varios teatros que llevaban el nombre "De
Sin embargo, este intento no fue duradero y la idea cayó en el olvido. Además, no había necesidad, aparentemente, dada la escasa oferta de espectáculos durante los años del llamado "apagón cultural" (décadas del '70 y el '80), donde la ausencia de actividad teatral, por ejemplo, era notoria.
Con el resurgimiento de las actividades culturales después de 1990 se volvió a hacer sentir la necesidad de un recinto de espectáculos apropiado para la ciudad, y los ojos se volvieron al antiguo "Velarde", que para ese entonces vivía una fase de declive, como cine de segunda categoría, que proyectaba rotativos con películas que ya habían pasado por el circuito de estreno. A partir de 1979, la familia Velarde había traspasado su administración a
Para 1995 que la voluntad de
En todo caso, se eligió a ésta como la única opción financiera viable, al menos por el momento, y además, el Municipio realizó inversiones de consideración en su remozamiento. Por ejemplo, se instalaron las butacas del antiguo cine Metro (actual Hoyts), de época y estilo acordes; fue una canibalización representativa de la crisis que vivió el cine y las salas de cine durante la década pasada... Y así, el 21 de septiembre de 1996 se inauguró solemnemente el nuevo Teatro Municipal de Valparaíso con un concierto de gala, al que asistió el Presidente de
A partir de entonces, éste ha sido un escenario para diversos espectáculos, desde conciertos de música hasta el revitalizado movimiento teatral, tanto de compañías locales como afuerinas, que ahora incluyen al Municipal porteño en sus giras; también ha sido sede de festivales de Cine, de Jazz y de Música Inmigrante, organizados por entidades como
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